"¿Que podía hacer yo? Estaba encerrada en este laberinto al que llaman vida"
Es Domingo de madrugada, y aquí estoy. Estuve cambiando el diseño, pero aún quedan un par de cosas.
Los comentarios de la entrada anterior me pusieron muy, muy contenta. Se que algunas me preguntasteis algo, así que en cuanto acabe esto, os respondo. Me alegra saber que puedo volver a ser "bloggera", porque, ay, me encanta esto.
El estilo de las entradas van a cambiar un poco. Voy a escribir relatos, o al menos a intentarlo. Serán muy cortitos.
También compartiré mis días interesantes con vosotros através de fotos y por su puesto seguiré hablando sobre cosas que me gustan o que me desconciertan.
Bueno, esta entrada no va a ser demasiado buena, porque he perdido cachos de la idea por el camino, así que para la próxima trataré de llevar pegamento.

El cielo estaba coloreado como en una acuarela en la que los colores se enlazan suavemente unos con otros. Naranjas y lilas.
Comenzaba a hacer frío, y se metía en mi como si fueran ligeros chillos, haciéndome poner la chaqueta.
Me había quedado fuera del grupo, en una esquina de un precioso parque con olor a primavera y sal marina. Tampoco me importaba demasiado, ya estaba acostumbrada a quedar en ultimo plano y cuando esto ocurría yo solo me apartaba y pensaba.
Porque pensar es una gran y maravillosa cualidad del ser humano. Puedes hacer lo que quieras, desde intentar resolver (siempre en vano) misterios del universo y de la vida como los grandes filósofos, a imaginar cachitos de una vida ideal, y que aún sabiendo que nunca serán verdad te producen como cosquillas de felicidad a las que no puedes tocarles la mano.
Como cuando veo esa sonrisa que me recuerda a la Luna, hermosa y aunque parezca que un gran telón de sentimientos horribles la pueda hacer desparecer, sigue ahí si alguien la necesita. Es una sonrisa maravillosa y amplia, de esas en las que se ven todos los dientes pudiendo tú contarlos, que produce hoyuelos en las mejillas y estira los labios. La sonrisa que tienen todos los niños pequeños y que parece que todos perdemos con el tiempo.
Sencillamente es una sonrisa perfecta.
Pero tengo que recordar, que nunca será para mí una de esas sonrisas.